aios...

nunca he tenido el "don de la palabra"... pero me gusta escribir… así que disculpen si esta un tanto extenso el relato.

a días de dejar el trabajo me pregunto que haré a fin de mes... pagar el seguro y la academia mac es lo primero que se me viene a la cabeza... y luego, lo sola y tranquila que me sentiré en casa... frente al pc y en pijama todo el día... sin preocuparme que diablos me pondré al día siguiente, no formar los lunes por la mañana y no estar inquieta por aprenderme la segunda estrofa del himno del IGM, además no tendré que prepararme sicológicamente para los días menopausicos, las rabietas y discursos tontos de la Paula...

al mismo tiempo extrañaré inmensamente el poder compartir todo el día con la señora Pauline que más que una compañera, ha sido una amiga, profesora y a veces guía espiritual... almorzar junto a don Pepe (quién siempre me recuerda mi niñez, y se gana todos mis respetos más cuando ha tenido paciencia de monje conmigo), la Marce (que ha sido una gran compañera y consejera medica) y Hermann (que siempre provoca hacerme reír con solo mirarme y su "hola manzanita")... como olvidarme de mi querida sita Jazmine, con su brushing perfecto y su gran pasión por los chocolates... y obviamente como no extrañar a don Luis... de hecho ya lo estoy echando de menos... También extrañaré la constante disputa en mi oficina por el aire acondicionado, los gritos de Navarrte desde la Mapoteca, y las constantes peleas con la impresora porque se taima...

hoy solo queda en mi escritorio una caja repleta de lápices que me han regalado durante este corto periodo, mi lindo reloj que a todos molesta por el constante tic tac, un teléfono negro y el tazón más bello que he tenido, porque fue un regalo especial... y el infaltable capuchino que don pepe disfruta de vez en cuando... igual es difícil decir adiós porque es un adiós que no esperaba hacerlo tan pronto... pero estos meses logré quedarme en mi puesto más de 2 horas seguidas, acostumbrarme a almorzar a las 1230, a trabajar a full un miércoles a pesar de haber salido la noche anterior, aprender que el término es "precesión" y no "precisión", gané experiencia, pero lo más importante de todo es que sin importar los cahuines, envidias y mala intenciones de los otros... gané amigos.

es tan difícil poder decir que uno tiene amigos en la pega... cuando todos velan por su propia seguridad y no prestan una mano al de al lado... quizás a eso jamás me acostumbré y me acostumbraré... a ver como todos (y no dejo a nadie a fuera) aparentan una sonrisa, dicen llamarse tus amigos y luego te pelan por doquier y hay quienes se dan el lujo de inventar. También hay quienes utilizan al de al lado por el tiempo que tienen sus alas rotas y cuando estas sanan, se van y ni te agradecen… y esto lo digo en general no por algo o alguien es especial… aclaremos… a quien le caiga el poncho que se lo ponga!

volviendo a tras, el día que me dijeron que ya no seguía participando en el IGM… me sentí inmensamente triste porque disfrutaba el estar aquí… disfrutaba con el trabajo…pero me voy feliz porque sé que hice un buen y muchos trabajos y la verdad no necesito que lo diga alguien más, que me lo confirme, puede sonar engreído pero sé lo que valgo y es lo que siento…