con el gordito al sur...

y como todos los años preparo su maleta para ir a pagar su manda... pero después de rogarle e implorarle durante años que me llevara a conocer, finalmente este año accedió y decidió que viajáramos en el rojito... partimos un sábado en la mañana rumbo a el Salto del Laja, sin saber si encontraríamos lugar donde alojarnos... ya que como siempre deja para el mismo día la reserva del hotel... hicimos un alto en Chillán para almorzar y estirar un poco las piernas... no es tan feo como me lo pintaban... claro que la invasión de los mall provoca un cambio rotundo y ya no es la ciudad que me imaginaba... el mercado ni un brillo pero nunca tan feo como el de Valparaíso... y los puestos de artesanías... lo mismo que encuentro en Angelmó... ¿dónde estaban las cosas típicas de la zona?... si hasta un moai había...

retomamos rumbo a el Salto y lo único que quería era llegar y poder mojarme los pies... literalmente siguiendo la flecha llegamos... puesto que el camino que mi papá conocía hace muchas décadas que ya no es el mismo...

el hotel es precioso, no tengo nada que decir, salvo que es un pelin caro... la vista que teníamos desde la cabaña es única, además nos ofrecían un sin número de actividades las que traté de aprovechar al máximo... fuimos a las 2 piscinas, a ver el pequeño zoo, caminar cerca de la quebrada, etc... solo tenía un par de horas antes de que cayera la noche... y que noche!!! si con suerte logramos dormir, entre el calor y los posibles zancudos...

era tanto mi sueño por la mañana, que cuando partimos a Yumbel no fui capaz de manejar arriba de 80 km, lo que jugo a nuestro favor porque el camino estaba plagado de carabineros... mi papá pago su manda y me llevó a conocer la ciudad y el terminal de tren... Es cierto, es un pueblo que carece de gran atractivo turistico, siendo lo único que llama a las personas a visitarla es su santo, santo que me impresionó... al ver tantas personas en un iglesia, un día cualquiera, con tanta devoción, sin comparación con las personas de aqui Santiago.

seguimos nuestro camino ahora con rumbo a Concepción... llegamos al hotel y nos dedicamos a dormir... descansar, estirar los huesos... (lo mismo que hice hace unos segundos, porque me quede dormida sobre el escritorio)... fue bastante reponedor ya que al día siguiente los planes eran volver a Stgo. y así fue...

fue maravilloso poder viajar a solas con mi papá... conocer su región y sentir que mi opinión es tomada en cuenta... gracias papá más allá de conocer y pasear fue increíble sentirme como la niña de hace 20 años atrás....